miércoles, 4 de abril de 2012


Tercera Raíz: Raíz zamorana

“¡Oigan todos! ¡Alcen en alto las banderas! ¡Que redoble un tambor y traigan por las bridas un potro de pólvora y tormenta, porque Ezequiel Zamora ya despierta... ! ¡Y el de la madrugada enrojecida! ¿Por qué Ezequiel Zamora va con el pueblo y hay una tempestad por los caminos?.” Cesar Rengifo.
Es el modelo que completa la trilogía ideológica del proyecto político que ahora resurge de las entrañas de la historia patria. Está conformada por una síntesis filosófica orientadora, aquella que estremeció a la oligarquía conservadora, cuando Ezequiel Zamora (El General del Pueblo Soberano) lanzó sus tremendas consignas federales: “Tierra de hombres libres”. “Elección popular”. “Horror a la oligarquía”.
He aquí la tercera vertiente ideológica que nutre nuestro proyecto político: La Raíz Zamorana, ubicada en un tiempo histórico más cercano al presente e incorporada simbólicamente al componente sistemático con la E de aquel nombre terrible: EZEQUIEL.
La inspiración del General Zamora viene de la s mismas raíces: Robinsoniana y Bolivariana. Su discurso lleva el mismo sello de la gran disyuntiva
existencial. Inventó los mecanismos de la insurrección campesina de 1846, para errar y volver a inventar la forma de conducir la revolución de 1858.
En 1846 invita a sus contemporáneos a “...seguir adelante con una imperiosa necesidad para quitarnos el yugo de la oprobiosa oligarquía y para que, opóngase quien se opusiere, y cueste lo que costare, lleguemos por fin a conseguir las grandes conquistas que fueron el lema de la independencia.”
Inventó Zamora el Estado Federal de Barinas, lanzando el 21 de mayo de 1859 una proclama incendiaria:
“La provincia de Barinas haciendo uso de su soberanía radical se ha separado del gobierno central y ha constituido su Estado Federal para gobernarse así mismo por sus leyes propias, mientras se reúne la convención de la Provincia Unidas de Venezuela... El estado Barinas no puede dejar de ser reconocido como miembro de la Sociedad de las Naciones, pues se gobierna por leyes positivas emanadas de él mismo y ha establecido las autoridades que dirigen a sus miembros y los representan...”
Continúa inventando, al ordenar la aplicación de medidas destinadas a favorecer las mayorías necesitadas:
1. Cinco leguas de tierra a la redonda y por los cuatro puntos cardinales para uso común de cada pueblo, villa o caserío.”
Eliminación del sistema de cobrar arriendo por el uso de la tierra para fines agrícolas o pecuarios;
Fijar los jornales de los peones de acuerdo con las labores; y
Que los amos de hatos empotraran diez vacas paridas, de modo permanente, en las tierras del común, para suministrar diariamente de modo gratuito una botella de leche a los hogares pobres.”

Segunda Raíz: Raíz bolivariana


“Así está Bolívar en el cielo de América, sentado aún en la roca de crear, con el inca al lado y el haz de banderas a los pies. Así está él calzadas aún las botas de campaña, porque lo que el no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy; porque Bolívar tiene que hacer en América todavía.” José Martí
El modelo Robinsoniano trasciende, sin embargo, el personaje, El Maestro, para generar y servir de base a otro de mayores dimensiones, no en lo filosófico, sino en su proyección histórica y geográfica: EL MODELO BOLIVARIANO. Este se impulsa sobre aquel y se siembra en un extenso territorio, con la misma semilla dicotómica de inventar una nueva sociedad en la América Española; o errar tratando de copiar viejos modelos impertinentes a nuestro escenario.
Los elementos conceptuales que forman el modelo bolivariano son más complicados, pero no por ello es imposible identificar una estructura perfectamente homóloga con el modelo Robinsoniano. Ambos son productos de una época y resultan de un proceso de observación y praxis sobre una misma situación fenoménica.
Simón Bolívar, el Líder, inscribe su doctrina en la dicotomía Robinsoniana de manera reiterativa, desde sus primeros discursos en 1811, cuando señala: “Que los grandes proyectos deben prepararse con calma. ¿Trescientos años de calma no bastan? Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad americana.
Vacilar es perdernos.” En su discurso ante el congreso de angostura, el 15 de febrero de 1819: “Tengamos presentes que nuestro pueblo no es el europeo, ni el americano del norte, que más bien es un compuesto de África y de América que una nación de la Europa”.
Más adelante continúa definiendo el elemento central de estructura conceptual del modelo: “...Nuestras leyes funestas reliquias de todos los despotismos antiguos y modernos, que este edificio monstruoso se derribe, caiga y apartando hasta sus ruinas, elevemos el templo a la justicia, y bajo los auspicios de su santa inspiración, dictemos un código de leyes venezolanas.”
Esta es la segunda raíz, por cuyo ápice libertario se alimenta de los siglos EL SISTEMA EBR: La B de la vertiente Bolivariana.

Primera Raíz: Raíz robinsoniana


“La historia de América Latina... lo dejo de lado... De ese exilio, olvidado de intención o desacierto en las perspectivas, traemos a este Simón Rodríguez al que la historia solo consciente en legitimar: como preceptor de Simón Bolívar.....
Se nos viene en indumentaria de transeúnte de variados mundos,... Viejo observador de las revoluciones del siglo. Se nos viene con su traza de inadaptado e indiferente, lúcido y estrafalario,... filósofo. , preavisado y avisador,... reiterador de preguntas completas. Inventar discrepante y descalificador para pasado mañana... Trabaja su proyecto para la fundación de patrias criollas. Acompañándolas de reflexiones al día para el día siguiente. Es el futuro el que carga en sus hombros de solitario impaciente.”
Su vida es andariega, gozosa, controversial, excedida en gastos de energía... Sabe bien reír. Sabe hacerse pretextos a la risa. Sabe correrse a la burla. Su alegría no es ocasional. Era su método de vivir y enseñar”.
(Dardo cuneo)
En la historia de la filosofía política venezolana existe un modelo teórico primigenio, al cual vamos a llamar en adelante robinsoniano, por haber emergido de la mente y de la praxis de aquel compatriota que cambió su nombre original de Simón Rodríguez por el de Samuel Robinson.
El modelo Robinsoniano fue construido en un poco más de medio siglo, desde la época de las mocedades de Robinson, maestro de los niños caraqueños, cuando escribe en 1794 sus reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras de Caracas y los medios para lograr su transformación en “un nuevo establecimiento”, hasta su propia ancianidad, cuando en 1851 publica sus “Consejos de Amigo, dados al colegio de Lacatunga”
El modelo se fundamenta en un sistema de ideas que puede ser perfectamente enmarcado dentro de una profunda disyuntiva existencial, en la cual se deslinda claramente una dicotomía en movimiento arrollador: o inventamos o erramos.
Como todo sistema ideológico, el modelo está integrado por un conjunto de elementos conceptuales fuertemente interconectados entre sí, los cuales constituyen la estructura sistémica Robinsoniana.
El estudio del modelo desde su génesis hasta su desarrollo, demuestra que tal estructura permanece inalterable y obedece a la misma disyuntiva de inventar nuevas instituciones para las nacientes repúblicas latinoamericanas, o de errar el camino, cayendo en el simplismo de copiar modelos de otros tiempos.

EL ÁRBOL DE LAS TRES RAÍCES COMO FUNDAMENTO
IDEOLÓGICO DE LOS CÍRCULOS BOLIVARIANOS


Vivimos efectivamente, una era donde las ideologías parecieron extinguirse. “El fin de las ideologías”, la han llamado no pocos estudiosos de la época.
El fenómeno adquiere mayores proporciones en América Latina y particularmente en Venezuela, donde la gran mayoría de los partidos políticos surgidos paralelamente al proceso de industrialización, derivaron en organizaciones de corte populista, totalmente vacías de contenido ideológico.
Por otra parte, se ha hecho persistente la tendencia de nuestros pensadores contemporáneos a buscar modelos en otras latitudes para importarlos y tratar de implantarlos en nuestras sociedades.
Mientras tanto nuestros pueblos se han ido alejando de nuestras raíces históricas, allí donde seguramente se encuentran las claves para descifrar el terrible enigma que nos mantiene en un ir y venir por el abismo de la historia, ya a las puertas del siglo XXI.
Las ideologías son ayudas de navegación para surcar los tiempos y los espacios, dándole rumbos precisos a las sociedades y a las naciones.
Y es precisamente en este marco desideologizado y con el propósito de hallar recursos válidos para que nuestro pueblo avance por el mapa intrincado y complejo del futuro, que nos hemos atrevido a invocar un modelo ideológico autóctono, y enraizado en lo más profundo de nuestro origen y en el subconsciente histórico del ser nacional.
En la médula del pensamiento de Don Simón Rodríguez se encuentra la simiente de un proyecto de sociedad original, basado en la Educación popular y la creatividad. Simón Rodríguez concibe la idea concreta de la República y talla las formas del Estado Nacional y las líneas geohistóricas de su proyección en el tiempo.

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